jueves, 3 de diciembre de 2009

Catedral - Catedral (1994)

Existe en el municipio de Chía (Colombia) una casona antigua enclavada en la zona céntrica del pueblo. Allí han funcionado bares, venta de artesanías, centros de adiestramiento canino y hasta el Instituto Triángulo lo usó como sede. Durante los años 90 fue conocido como Eclipse y tuvo su punto cúspide cuando en una noche logró reunir a los principales exponentes del rock Bogotano del momento: Marlohábil, Aterciopelados y por supuesto, Catedral, entre otros que no recuerdo. Allí, muchos de los jóvenes asistentes tuvimos nuestro primer contacto con el ambiente de la música en vivo, aunque también debo reconocer que el recuerdo más vívido es ver a una pareja de amigos en pleno proceso de terminada siendo iluminados en pleno por el reflector al tiempo que una voz en off ofrecía un cordial saludo a la hermosa pareja… A veces la vida es una bromista muy cruel.

Catedral nace a principios de los años 90 en la ciudad de Bogotá, liderado por Amos Piñeros y con un sonido claramente influenciado por bandas como Pearl Jam y Soundgarden y que pronto se convirtieron en un referente de la escena grunge de la ciudad.


En 1994, con la producción de José Gandour (productor musical y de videoclips, manager de bandas como Pornomotora y Los Telebolitos y columnista de prensa , entre otras tantas actividades) publican su álbum autotitulado Catedral, cuyas letras tienen un marcado sentido social y narran historias muy urbanas. El álbum abre con Redes Rojas, una canción acerca de engaños y mentiras. Se hizo famosa en razón a que fue durante muchos años la cortinilla usada en el desaparecido programa 4 Canales de la entonces 99.1fm Frecuencia Jóven de la Radiodifusora Nacional, hoy Radiónica; dedicado enteramente al rock colombiano. En la versión 20009 de Rock al Parque, dentro del tributo que se hizo a las bandas nacionales se volvieron a escuchar sus acordes.



El Dictador bien puede ser la confesión de un tirano venido a menos que solo espera el momento de recibir la sentencia por cuenta de sus crímenes, si acaso algo arrepentido. En El Paletero se manifiesta la nostalgia que un vendedor de helados y su música característica puede generar, sobre todo en un niño.

Flotando al viento es una canción de amor y tiene la letra más sensata que he escuchado en mucho tiempo, es algo así como te amo, pero no te puedo retener a mi lado, y te amo tanto, que prefiero dejarte libre para que seas feliz… no tengo más palabras, salvo que es una canción preciosa.

Los cinco o seis últimos bajos de regalo, corresponden a Tártaro, que al igual que No hay realidad todo esta ido -una canción de dos estrofas repetitivas- manifiestan la incorfomidad ante la vida, ante las cosas que suceden en el día a día ante las cuales no se hace nada, sobre todo si las injusticias son ajenas.

Dice la historia que El poeta está dedicada a un mendigo que escribía sus versos y que un día apareció asesinado en la calle probablemente a manos de la policía ("a patadas lo matamos sargento, que placer!"), un merecido homenaje a los habitantes de la calle.



Bajo la oscuridad, narra una típica escena nocturna, una caminata en la ciudad de noche y las sensaciones que produce.

Mermelada es una canción instrumental en la que Amos Piñeros demuestra su habilidad con el violín, largamente adquirida en sus ensayos con la Sinfónica Juvenil.

Sin Pisar a Nadie es la canción menos oscura del disco, no solo por su instrumentación y los coros, sino por la letra que expresa el deseo de poder ser libre, sin necesidad de pasar por encima de nadie. La guitarra y el violín son muy buenos en este tema, casi acústico.

Picando el Cielo, empieza con una guitarra densa que se mezcla con el violín de Piñeros. Tiene cierta conexión con la anterior, pues también tiene una invitación a liberarse y ponerse en movimiento para salir adelante.



Un gran agradecimiento a Mauricio T., el sabrá por qué.

Aquí tiene su receta, una píldora cada 8 horas, y me llama en la mañana!!
Pass: musicapsulas.blogspot.com